No sé ni por qué ni cómo me perdono la vida cada día.

miércoles, 3 de abril de 2013

Prácticamente sola.

Todo el mundo tiene a alguien con quien compartir tu día a día, a quien contarle todo lo que te pase (y que encima te escuche) que no te diga lo que tienes que hacer, sólo te dé el empujoncito. Que no te critique, te acepte como eres, y además que no se ría de ti nunca. Siempre que te vea que te diga lo guapo que vas, y que te ponga alegre cuando no vea la sonrisa en tu rostro. Cuando te vea mal, te haga sentir en el cielo.
Un consejo: nunca le dejes ir. Aunque un día cambies de idea, si eres adolescente, tu cabeza hará muchas locuras, pero al día siguiente le querrás mil veces más. Porque yo solía tenerlo, y le dejé ir.
Volvió, pero nunca me lo perdonaré. Sigue haciéndome sentir así, aunque no
lo pueda ver, porque no está aquí.
No, no está aquí, y me parece muy 
fuerte que la única persona que me
hace sentirme viva, sea una
a la que no puedo ver ni dos 
veces al año. No tengo a nadie aquí, prácticamente sola. Pero si tuviera que dar la vida, lo haría. 
Porque me hace sentir como si el veneno no existiera, sólo él sabe cómo. Es lo que 
me hace sentir adelante, siempre quiero
tenerle ahí. Si hablo de él se hace un nudo en mi garganta y mi corazón empieza a latir a una velocidad que no debería.
Díganme qué es si no es amor. 

1 comentario:

  1. No sé si hablo con o sin conocimiento de causa, pero te doy un consejo: no idealices a las personas. Es mal. Sobre todo cuando crees que hacen algo que en realidad no.
    Seguro que sabes por qué lo digo.



    L.

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